sábado, 10 de febrero de 2007

La mayoría de gobernadores atiende en sus casas o en locales prestados

Posiblemente, el gobernador del distrito de Independencia, Rubén Paredes Linares, sea el único que ha alquilado una oficina para sede de la gobernación y uno de los pocos que han contratado una secretaria y que han instalado dos computadoras para cumplir con su nueva tarea. En todo ello, según él, se gasta los 800 soles que el Estado le paga por ser representante del presidente de la República en su distrito, para tramitar los pedidos de garantías personales y posesorias y para recibir las denuncias sobre violaciones a los derechos humanos o contra cualquier autoridad de su jurisdicción. ¿Pero cómo se mantiene?¿De qué vive? Paredes dice ser contador y tiene una oficina en la que otras personas trabajan para él.

Aunque la situación económica de Paredes es holgada, y le permite dedicarse a tiempo completo a su labor y sin ganar nada, la mayoría de gobernadores de Lima no tiene esa suerte. Han tenido que instalar sus oficinas en sus casas o pedir a sus amigos que les presten un espacio, aunque sea un pedazo de pasadizo en el que pueda caber una simple mesa de trabajo, tal como sucede con el gobernador de Breña, Fernando Alvarado.

Quienes pueden considerarse afortunados son los gobernadores de Lima, Javier Ramos Espinoza, y de Magdalena, Gílmer Herrera Chávez. El primero ocupa el local donde funcionó hasta el 31 de enero último la Prefectura de Lima, cuenta con nueve trabajadores y tiene hasta recursos para sus gastos de oficina. Aunque con menos suerte, el gobernador de Magdalena ocupa un puesto en una galería comercial --por cierto nada aparente para entidad pública-- que le ha cedido el concejo distrital. A diferencia de sus demás colegas, Ramos y Herrera pueden disponer de sus 800 soles de sueldo y no han causado ninguna incomodidad a sus familias con sus oficinas.

En resumidas cuentas, esas son las condiciones --en algunos casos muy precarias-- en las que los gobernadores están trabajando en reemplazo de prefectos y subprefectos, cuyos cargos quedaron eliminados el 31 de enero.

¿HOGAR DULCE HOGAR?
En un recorrido realizado por trece gobernaciones distritales, se pudo confirmar que la mayoría trabaja en los domicilios de los funcionarios. Por ejemplo, los gobernadores de Comas, Rímac, Lince, San Isidro y Miraflores, entre otros, están utilizando las salas de sus casas para atender a todos aquellos que quieran pedir garantías personales o posesorias. El resto lo hace ya sea en locales públicos, prestados o alquilados; sin embargo, el reglamento que regula sus funciones establece que dichas autoridades deben coordinar con la policía o los concejos para que les cedan un local donde trabajar.

Asimismo, la gran mayoría ha colgado el escudo de su gobernación en la fachada de sus casas. Incluso, el de Lince mandó a instalar una asta en la que ondea el pabellón nacional de manera permanente.

Casi todos tienen las puertas abiertas de sus casas y, además de los ciudadanos que acuden a dichas oficinas, por allí circulan su familia y hasta sus mascotas.

AUTORIDADES CON PODER
Con las nuevas facultades que tienen desde el 1 de febrero, muchos gobernadores están haciendo sentir su presencia en sus distritos. Por ejemplo, el de Breña, Fernando Alvarado, quiere impulsar con la municipalidad un programa de eliminación de residuos sólidos. El de Comas, Ruperto Saavedra, tiene previsto entregar este sábado juguetes a 200 niños, y el de Lince, Pedro García Barrera, está organizando un foro sobre seguridad ciudadana y quiere organizar una operación para prevenir los excesos durante los carnavales.


El de Independencia, Rubén Paredes, quiere contar con abogados para atender los casos de violencia familiar de su distrito.

EL DATO
Hay 1.832 gobernadores
La Dirección del Gobierno Interior del Ministerio del Interior nombró a los 1.832 gobernadores, uno por distrito. También supervisa el nombramiento de los tenientes gobernadores, que superan los 35.000. En su mayoría, son dirigentes apristas.
Publicado en: "El Comercio" 10 de febrero 2007 / Por Álvaro Gadtañaduí Ramírez